Era un día esperado con ilusión y nervios a partes iguales.
Cerca de las 7:30 de la mañana comenzaba la aventura. Nos esperaba una jornada en la estación de esquí de Alto Campoo. Para algunos, su primer contacto con este deporte de invierno. Para otros, volver a practicar aquello que conocen y disfrutan.
En Alar del Rey hicimos una pequeña parada para almorzar y tener fuerzas para lo que se avecinaba. Una hora después llegábamos a la estación. Los grandes bloques de nieve impresionaban, ¡en serio! Pero, ¿quién dijo miedo? Casco en la cabeza, a ponerse las botas (con la ayuda de los profes), agarramos nuestros esquís y... ¡vamos allá!
Disfrutamos de una mañana espectacular: muchísima nieve y el Sol luciendo en lo alto. Descanso para comer y vuelta a las clases por la tarde. A las 16h. llegó el momento de parar. Los monitores que nos habían acompañado durante todo el día nos guiaron hasta el autocar. Allí nos quitamos la botas, guardamos el resto del material y nos colocamos en nuestros asientos con una sonrisa en la cara difícil de borrar.
Algo más de un par de horas después, llegábamos a Valladolid. Devolvimos el material ordenadamente, agradecimos la organización a la Fundación Municipal de Deportes y nos fuimos a casa con el deseo de repetir peripecia en el lapso de tiempo más corto posible.
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